domingo, 2 de noviembre de 2008

"Podrán pasar mil años... no nos van a detener"

Compañer@s, escribo ya en la madrugada del lunes, para dar cuenta -al menos a mi conciencia porque lectores no hay muchos-, del "desenlace" del tema que nos ha ocupado en las últimas semanas; la defensa del petróleo y la inminente aprobación de la reforma "consensuada" por "todas la fuerzas políticas".

Me gustaría empezar, mencionando un irritante mensaje televisivo transmitido por Televisa, en el que básicamente todas sus estrellitas le dicen al público que ninguna crisis es más fuerte que el corazón de los mexicanos, y que trabajando saldremos de esta como hemos salido de otras (lo que no mencionan es que hemos salido bien jodidos) , que eso es lo que le debemos de contestar a quien nos diga que estamos ante una crisis de magnitudes preocupantes, dan ganas de hacer un mensaje en respuesta que diga algo más o menos así; “si alguien te dice que todo está bien, contéstale que ya te cansaste de que te mienta a la cara día y noche, que un día los medios también serán nacionalizados y las sabandijas y sanguijuelas como ellos pagaran por décadas de enajenación y sometimiento”.

Aunque la realización de dicho mensaje alternativo no resolvería los problemas que están por venir, ayudaría mucho más lo planteado el pasado jueves en el Hemiciclo a Juárez; un Programa de Defensa de la Economía Popular, mismo que marca el inicio de una nueva etapa en la Resistencia Civil Pacífica, que no puede y no debe limitarse a la defensa del petróleo, dadas las circunstancias de la economía mundial (que no es que no me dé gusto que se caiga el capitalismo, eso lo estábamos esperando todos desde que adquirimos conciencia, sino que me preocupan los estragos que los pobres, siempre puestos como carne de cañón ante las adversidades, sufrirán). La resistencia se ocupará -como lo ha hecho desde su origen- después del fraude electoral de 2006, del pueblo y de la soberanía nacional.

Así pues, se dio el “desenlace” que todos esperaban de Andrés Manuel López Obrador, con la advertencia de que estaremos pendientes del manejo de PEMEX y de la nueva ley, y estaremos listos para la movilización. Lo remarcable de este “desenlace” es que incluye la reorganización de la resistencia, que incluye un engrosamiento de sus filas, que incluye también planes claros para la protesta y la propuesta –incluyendo una visita al espurio a Palacio Nacional cuando la ley sea publicada-, es pues un nada tradicional, menos conformista “desenlace”.

Es entonces todo menos un desenlace; se avanza a una nueva etapa de la resistencia, pero sin la necesidad de subirse al carrito del a “victoria” que construyeron los medios, cabe aquí mencionar la sorprendentemente errada opinión de Denise Dresser en Proceso, poniendo a AMLO como el conductor de un automóvil del cual baja a los demás para seguir confrontando cuando se acerca a la victoria, ¡patrañas! Pero ¿qué podemos esperar de quien confesó creerse lo del cambio y votó por Fox en el 2000? Eso es para dudar de la capacidad intelectual de cualquiera.

Lo cierto es que a todos los que están acostumbrados a lo tradicional les cuesta trabajo digerir lo que está pasando, desde que AMLO dijo “al diablo con sus instituciones” supe que se trataba de un político diferente, y que por lo tanto el movimiento que a partir de entonces encabezaría sería un movimiento diferente. El pasado jueves 30 de octubre, me hice acompañar de un amigo, priista por cierto, a la asamblea informativa, su sorpresa ante las acciones que se llevarían a cabo por el movimiento (la propuesta a los diputados, las comisiones de revisión con relación PEMEX, la visita a Palacio Nacional, la visita a Televisa para pedir tiempo, entre otros) me hizo recordar lo que sentí alguna vez, esa sorpresa de la que me llené y que he perdido por la relación familiar que llevo con el movimiento.

No es para menos, que el pueblo tome conciencia es sorprendente, que haya un líder fiel a sus convicciones lo es aún más. Se ha demostrado que los medios no nos dictan la agenda ni nos dicen cuando declararnos victoriosos, es el movimiento de AMLO –la gente- el que dicta lo que tendrán que salir a responder entre balbuceos y susurros el ejecutivo, el legislativo, los editorialistas y los “intelectuales” al servicio del poder.

Incluso creo que mis amigos, compañeros de banda, viejos conocidos de las subversiones, etcétera; muy diferentes al priista que mencioné anteriormente, no pueden entender lo que está sucediendo, repiten y cantan lo que bandas españolas dicen, incluyendo sampleos y consignas de “no pasarán”, “resistencia”, y demás, sin embargo, se han perdido de lo que se vive, lo que se puede sentir cuando estos gritos surgen entre la multitud de la Resistencia Civil Pacífica de manera espontánea; es algo que está pasando aquí y ahora, y que vale más que cualquier disfraz de revolucionario, o cualquier arrogante posición apartidista. Esto es la realidad, la que viven los seres humanos concientes de esta tierra y la que pasará a la historia, los arrogantes pasarán a ser parte del engranaje del capitalismo, alimentado siempre de aquellos que dicen estar en contra de todo y jamás hacen algo.

Por lo pronto nos veremos el domingo 23 de noviembre, si no es que nos encontramos antes en la Cámara, en Televisa o en dónde sea que haya una causa justa reclamando ser atendida.

Quiero concluir con la frase de una canción que traigo fresca en la memoria porque la escuché el viernes 31 con los Attaque 77 (únicos e inigualables, tan completos como simples, tan punks como sólo lo son quienes no pretenden serlo); “Podrán pasar mil años, verás muchos caer, pero si nos juntamos, no nos van a detener”.

-Axel Velázquez Yáñez

http://www.amlo.org.mx/noticias/comunicados.html?id=74445